De Xiberta a las Generales del 2011 al grito de la unidad abertzale, antes para no ahora para si
Inigo Urkullu, Presidente del EAJ / PNVNo deja de ser curioso cómo hay quienes insisten en hacernos creer que el tiempo y la historia son como un cronómetro. Un instrumento que tiene la capacidad de medir el tiempo empezando, borrando, y volviendo a empezar desde cero. Y, además, todas las veces que uno quiera.
Y si hay alguien que es un experto en esta utilización del cronómetro es la Izquierda Abertzale (tradicional, histórica, oficial,…). Experta en fundaciones y refundaciones, con unas siglas o con otras, con apelaciones desde el Movimiento de Liberación Nacional Vasco a la Unidad Popular al grito de Gora Euskal Herria Sozialista eta gorria! pero, eso sí, siempre con la llama y cebo (para acomplejados) de “izquierda” y “abertzale”.
Ahora asistimos su enésima refundación política y espiritual. Y esta vez, más que en ninguna otra ocasión, con una insistencia y obsesión inaudita de poner el contador a cero. Insistencia, obsesión, y me imagino también que un poco de necesidad. Y, además, con una insistencia creo que, además de exagerada, representada en decirnos, pedirnos e incluso exigirnos a los demás que corramos con ellos esta nueva carrera contra el tiempo, y fundamentalmente, contra la historia.
La verdad es que no es nada nuevo. Lo vivimos en el momento en el que realmente sí tenían la oportunidad, como los demás, de partir de cero. Allá por el año 1977. Entonces fue para NO. Cuando ETA planteó en Xiberta que no concurriéramos a unas elecciones, casualmente unas generales como ahora. En aquel entonces el canto de sirena de la “unidad abertzale” fue como ahora la excusa para tratar de condicionar la actitud y las decisiones, principalmente, del Partido Nacionalista Vasco.
Para la entonces Herri Batasuna, y supongo que a la luz de la evolución de otras formaciones en su existencia también para la actual EA, fuimos traidores a Euskadi por no querer hacer caso a las exigencias de unidad abertzale.
Hoy nos plantean una nueva Xiberta. Un nuevo frente abertzale. Un ofrecimiento, -esta vez para SÍ, para concurrir a unas elecciones generales- que cada día que pasa se va convirtiendo, como aquel entonces, en exigencia y en amenaza. Vinculando directa o indirectamente la paz a esta exigencia. Acompañándolo del concepto de “momento histórico” olvidando la historia desde 1977 hasta hoy. Y como entonces hacen este ofrecimiento desde una maraña de siglas. Otra constante histórica de la “I.A.” La necesidad de compañía de quien, a la larga o a la corta -ya veremos- primero utilizan y luego fagocitan. Compañía para dar apariencia de novedad. Cuando la única y verdadera novedad seria un momento histórico reivindicando formalmente el cese definitivo de ETA que es lo único que se les pide y lo único que no son capaces de hacer. Confundidos en las explicaciones de los errores cometidos por ETA en determinados ámbitos pero alentados por la tesis de la compatibilidad (aun con un “cese permanente de acciones de carácter general”) de la estrategia “político”-“militar”.
El PNV sigue siendo el mismo traidor para la “I.A.” que en 1977 cuando se mantuvo fiel a los principios históricos de defensa de las cuestiones que afectan a vascas y vascos en todo momento y ámbito. Es lo que ha hecho consiguiendo, en todo tipo de circunstancias, para Euskadi, lo que no ha conseguido la “I.A.”. Mi reconocimiento a todas las personas que han representado al PNV en estos 34 años (el año que viene serán 35) en esta ultima etapa de las Cortes Generales y, a partir de entonces en todos los ámbitos institucionales.
Una “I.A.” que viene ahora a decirnos que nos hallamos ante un momento histórico -¿ahora?- cuando ante las elecciones de 2000 -todavía hace 11 años- despreciaban participar en las elecciones generales porque se negaban a la “intromisión del Estado en Euskadi”. ¡Ya vale de continuos enredos para ocultar “sus vergüenzas”, su pretendida “desmemoria”, y su ansia de que seamos quienes les demos cobijo haciéndoles gratis, una vez mas, la campaña!
EAJ-PNV tiene su propio proyecto, el que ha hecho que Euskadi vaya siendo lo que consigue y conseguirá ser.