jueves, 25 de febrero de 2010

IMPONDRÉIS PERO NO NOS CAMBIARÉIS

EUSKARAZ



Urnietako zinegotzi eta 2011tik aurrera Urnietako Alkatea izango den Maribel Vaquero Monteroren
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Maribel Vaquero Montero

EAJko legebiltzarkidea eta Urnietako zinegotzia

IMPONDRÉIS PERO NO NOS CAMBIARÉIS

Tres décadas después de que las Cortes españolas aprobaran la Ley del uso de la bandera de España y de otras banderas y enseñas, ha llegado el tiempo de la imposición de la mano del Tribunal Supremo español. Ciertamente, no nos pasa desapercibido el momento en que fue aprobada la mencionada ley: era el año 1981. Es el año en que se dio el intento de golpe de Estado tras el cual comenzó la involución política para diluir nuestra identidad nacional y anular el hecho diferencial vasco. Y en esas estamos treinta años después. Ahora se trata de imponer, con atrevimiento, la bandera de España en el edificio de la Diputación de Gipuzkoa.

No nos engañan las invocaciones a la pluralidad ni al acuerdo entre diferentes. La bandera de España “simboliza la nación” y es “signo de la soberanía, independencia, unidad e integridad de la patria y representa los valores superiores de la Constitución”. Aquí no cabe una pluralidad de naciones diferentes ni acuerdo entre ellas. Sólo existe una nación, la española, y su símbolo es la bandera rojigualda. Es por ello que ocupará “lugar preeminente” entre las restantes enseñas. Nos hallamos ante una concepción hegemónica del Estado, que sólo admite la existencia de la nación española, de su soberanía y unidad indisoluble, a la que se han de someter el resto de pueblos con conciencia nacional. Por ello se impone esta bandera dominante. Pues bien, aquí está la fuente del conflicto político entre Euskadi y España. Y la imposición de la bandera roja y amarilla no hará más que mantener viva en la conciencia de la mayoría de los gipuzkoanos y gipuzkoanas la injusticia e indignidad de una mentalidad nacional hegemónica española.

Avancemos un paso más en lo que viene siendo una estrategia de décadas, como señal de que el españolismo ha tolerado mal esta realidad llamada Euskadi o Euskal Herria. Si se niega la existencia de algo, no se combate contra ello. Por ejemplo, si se da por hecho que no existen las hadas o las lamiak, no se diseña una estrategia para derrotarlas y erradicarlas. Sería absurdo. Del mismo modo, cuando se niega la existencia de otra personalidad nacional que no sea la dominante, en buena lógica, no se hace nada para combatirla. Pero en nuestro caso no es así. Nos hallamos ante un pensamiento que niega la existencia del pueblo vasco a sabiendas que ello no es verdad, ya que se dedica a combatir lo que niega que existe. Lo ataca mediante un programa contranacionalista que busca diluir y erradicar la existencia de este pueblo y de una conciencia ciudadana con personalidad propia que reclama su derecho a decidir, a poder concretarlo y ejercerlo. La imposición de la bandera española en la Diputación de Gipuzkoa y otras instituciones vascas no es más que parte de ese diseño contranacionalista. Entra dentro de su programa de normalización: la seña de identidad de Euskadi, y de Gipuzkoa, ha de ser la igualdad. Basta de diferencias, fuera el hecho diferencial vasco. Igualdad, defienden Patxi López y el PSE junto al PP. Que nuestras instituciones sean iguales a las instituciones de otras autonomías a los ojos de los ciudadanos: bandera española en el centro y el resto a un lado u otro. La misma foto en todos los lugares.

Lo decía recientemente nuestro Diputado General, Markel Olano: “la pretensión máxima del Partido Socialista y del Partido Popular es la de convertir a Euskadi en una mera autonomía. No consideran a Euskadi como sujeto a respetar sino como sujeto a transformar”. Desean el cambio total, como ha manifestado una voz de la asociación para la ciudadanía y libertad: “Necesitamos un cambio no sólo de Gobierno, sino ideológico y civil. Desde el PNV y sus representantes ante el pueblo no compartimos este pensamiento por injusto, al ser agresivo hacia nuestra personalidad, lesivo para nuestros derechos de ciudadanos y de comunidad, obstáculo para una paz verdadera y una auténtica normalización política.

En medio de esta operación de cambio hemos sido convocados por el Diputado General para este sábado 27, a las 11:00 de la mañana, ante el palacio de la Diputación Foral para mostrarnos “de pie en tierra vasca”, en respuesta a la imposición de la bandera española en contra de nuestra voluntad mayoritaria. Alguien, de pura indignación, puede estar tentado a no acudir. Yo sí iré. Indignada, pero acudiré. Lo haré para decirles que por mucho que impongan sus símbolos en el exterior de la Diputación, no conquistarán su interior donde nuestros diputados, con Markel Olano a la cabeza, gobernarán Gipuzkoa con conciencia nacional vasca. Impondrán sus símbolos pero no cambiarán nuestra identidad: somos pueblo vasco, somos Euskal Herria.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Eskerrik asko Maribel !!!
Eskerrik asko Urnieta eta Gipouzkoaren alde egiten duzun lanarengatik

Eskerrik asko Maribel !!!

HAUTESKUNDEAK 1.977 ......

HAUTESKUNDEAK 1.977 ......

Ibarretxe 2008ko ekainak 27, Jaurlaritzan

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